Tribunales Santarroseños: por otro caso de abuso sexual, confirmaron condena a siete años de prisión

El juez de audiencia santarroseño, Gastón Boulenaz, condenó este martes 9 de noviembre a Mauricio Tolosa a siete años de prisión, como autor del delito de abuso sexual con acceso carnal, mediante el aprovechamiento de que la víctima no pudo consentir libremente la acción; enmarcando el hecho en un contexto de violencia de género. Con las pruebas reunidas en el debate oral, el magistrado dio por acreditado que el imputado –un cocinero y músico de 42 años–, luego de una reunión de amigos, y aprovechándose que la víctima estaba durmiendo sobre un colchón –“previo a haber consumido alcohol y drogas, detalla la sentencia”–, ingresó a la habitación y la agredió sexualmente. Ante la negativa de la joven, él siguió con su accionar hasta que la mujer zafó y buscó ayuda en otra persona, que fue quien echó del lugar a Tolosa. Los hechos ocurrieron en 2012. La pena impuesta por Boulenaz fue la misma que habían requerido, durante los alegatos, la fiscala Verónica Silvana Ferrero y la defensora oficial, Carolina Muñoz, en nombre de la querella (la propia damnificada).

El Ministerio Público Fiscal también requirió, y el juez aceptó el pedido, el dictado de una prohibición de acercamiento a menos de 300 metros de la víctima. A su vez, Tolosa deberá presentarse cada 15 días en la Oficina Judicial. Boulenaz también dispuso su detención inmediata una vez que el fallo quede firme.

Por su parte, el defensor oficial,Juan José Hermúa, había solicitado la absolución del acusado por aplicación del beneficio de la duda, al entender que existieron dudas más que razonables para llegar a una certeza absoluta sobre la culpabilidad de su defendido. En tal sentido, remarcó que en la fiesta se pudo ver a los protagonistas en situaciones que estuvieron lejos de ser las narradas por la damnificada.

Para fijar la pena de siete años, Boulenaz valoró a favor del reo su falta de antecedentes penales y tuvo en cuenta negativamente su “grado de autodeterminación” para cometer el delito, ya que se trata de una “persona instruida, con formación académica e incluida socialmente”. Agregó que “también tengo en consideración de forma disvaliosa las consecuencias y los efectos negativos que dejó el hecho en la víctima”.​