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Tribunales Piquenses - Caso Prodolliet: brindó su testimonio la esposa de Prodolliet, mientras que los imputados decidieron no declarar

Lunes 19 de Abril de 2021 - 11:16:05
Hoy, con el silencio de los imputados y las declaraciones de cuatro testigos, entre ellos la esposa de la víctima, comenzó en el Edificio Judicial de General Pico el juicio oral y público por el crimen del odontólogo Samuel Eduardo Prodolliet, ocurrido en esa ciudad en la madrugada del 14 de marzo del año pasado.

Los acusados por la fiscalía del delito de homicidio homicidio criminis causae, es decir que fue cometido para facilitar el robo y obtener impunidad, o alternativamente por homicidio en ocasión de robo, son Emanuel Alexis Velázquez (trabajador rural, 31 años) y Claudio Ezequiel Lara (albañil, 30).

¿Cuál fue el hecho que se está investigando? Ese día, a las cuatro de la madrugada, Velázquez y Lara habrían ingresado a una obra en construcción y desde allí saltaron un tapial y cayeron en un estanque de agua que está pegado a una ventana del domicilio de la víctima. Allí forzaron una ventana, ingresaron mojados a la vivienda, revisaron la planta baja –donde ambos dejaron huellas, según la fiscalía–, se dirigieron a la habitación donde estaban durmiendo Prodolliet y su esposa y se trenzaron en lucha con el odontólogo. Siga más detalles sobre el juicio en ver más ...



Después uno de ellos llevó a la hija (por entonces de 14 años) hasta la habítación de sus padres y la tiró sobre la cama. Siempre de acuerdo a la acusación del Ministerio Público Fiscal, Velázquez y Lara apuñalaron a Prodolliet –habría recibido siete puntazos– y se fueron. En la huida arrojaron el celular del muerto y un cuchillo en el estanque y el teléfono de la esposa a 150 metros de distancia. También, de acuerdo a los dichos de la fiscala María Verónica Campo en el alegato de apertura, tiraron la mochila de la hija cuando regresaban a sus domicilios. En ese trayecto fueron filmados por una cámara de un comercio.



Detalles.
El juicio está cargo del Tribunal de Audiencia piquense, conformado por la jueza María José Gianinetto y los jueces Carlos Pellegrino y Marcelo Pagano. Los fiscales/as intervinientes son Campo y Guillermo Komarosky y los defensores públicos son Alejandro Caram (Velázquez) y Héctor Alberto Freigedo (Lara). A su vez, como querellantes particulares –en representación de la esposa de la víctima, Marcela Andrea Masmas– actúa Néstor Mariano Sánchez. Las audiencias se extenderán diariamente hasta el próximo lunes.

En esta oportunidad, y debido a la relevancia pública del caso en General Pico, y ante un requerimiento de los familiares de Prodolliet –respetando así los derechos de las víctimas–, el juicio fue seguido por ellos desde el auditorio del Multiespacio de Arte del Norte (Médano), ya que por el cumplimiento de los protocolos sanitarios no había más lugar en la sala de audiencias.

En los alegatos de apertura, Sánchez adhirió a los fundamentos de la fiscalía y mantuvo la acusación de homicidio criminis causae; mientras que las defensas dijeron que observaron “contradicciones” entre las figuras legales mencionadas por el M.P.F. y anticiparon que calificarán los hechos en función de las pruebas que surjan durante el debate.

La esposa.
Luego de que los acusados eligieran no hablar, ingresó a la sala Masmas, la primera testigo del juicio. Su declaración fue con la voz y las manos temblorosas y entre lágrimas.

“Ese día estuve reunida con amigas en mi casa hasta las 2.30. Él se quedó cerrando la casa porque venía una tormenta y luego se acostó. De golpe sentí como que alguien hablaba en voz baja y veo a mi esposo forcejeando con una persona de estatura baja. Samuel no los dejaba entrar al dormitorio. Al más bajo (presuntamente Velázquez) lo tenía agarrado del cuello, mientras yo no paraba de gritar. La verdad fue que no atiné a hacer nada”, indicó.

“Después apareció el más alto (supuestamente Lara) –añadió–. Cuando él alto lo atacaba, mi esposo se defendía con el brazo derecho porque al más bajo no lo soltaba. Samuel no quería que entraran a la habitación. En un momento el más alto se fue y, de golpe, mi marido me mira y me pidió que llamara a la policía. ‘Marce, llamá a la policía’, me dijo con la voz baja y quebrada… Para mí, en ese momento, ya estaba herido. Fue justo cuando el alto trajo a mi hija. Creo que él me pidió que llamara a la policía porque vi al alto con mi hija (entonces de 14 años)”.

Más adelante, Masmas señaló que “yo atiné a agarrar mi celular y el alto me lo sacó. Ahí no sé qué pasó, pero lo cierto fue que nos sacaron los dos teléfonos. Yo alancé a agarrar a mi hija, mientras mi esposo seguía forcejeando con los dos. El más alto volvió a irse, entró corriendo, tiró a Samuel y cayó arriba suyo. El más bajo se quedó contra la pared. Con mi hija esperábamos que mi marido se levantara… pero no se levantó más”.

Indicó que “los dos hablaron en voz baja. No entendí qué decían. Yo no paraba de gritar y miraba a Samuel. El alto lo miró, lo saltó y se me vino encima. ‘Dame la plata, la plata’, me dijo. ‘¿Qué plata?’, le respondí. Volvió a saltar a Samuel, habló otra vez con el más bajo, lo miraron nuevamente y regresó hacia mí. Pensé que iba a seguir conmigo… Pero volvieron a mirarlo a Samuel y se fueron”.

“En ese momento –expresó la testigo– no sabíamos dónde estaban y por eso no nos animábamos a salir (de la habitación) con mi hija. Yo empecé a llamar a mi vecino. Mi hija encontró su teléfono y llamó a la policía y a la ambulancia. Yo volví para estar con Samuel… Había mucha sangre. Él me miraba y no podía hablar. En realidad, no habló más”.

Luego, ante preguntas de las fiscalías y las defensas, Masmas indicó que la agresión duró “menos de 10 minutos”, que su marido “encogía la panza porque recibía ataques” con un objeto que, especificó, pudo ser una sevillana.

También aseguró que se llevaron los dos celulares y dinero de su cartera y que actuaron encapuchados, con las caras tapadas “con pañuelos grandes”. Detalló que el más alto vestía ropa deportiva y guantes, según le contó la hija; y el más bajo llevaba puesta una gorra, en la que se halló ADN de los acusados.

– ¿Usted pudo ver quién lo apuñaló?, preguntó el juez Pagano.

– Yo veía movimientos de los brazos. Los dos…

– ¿Los dos?

– Sí, los dos.

Tres policías.
Finalmente, durante la primera jornada del debate, testificaron tres policías. La cabo María Florencia Angeleri, de la Agencia de Investigación Científica, relató que tomaron huellas de calzado en la obra en construcción, que registraron agua “en las escaleras, casi hasta el lugar del hecho” y que en la medianera secuestraron una mochila “con herramientas y armas blancas, dos cuchillos y dos vainas”.

Los otros dos, el sargento Fernando Espinosa y el oficial José Chap, contaron que llegaron hasta la casa por un llamado del Cecom y los atendió la hija de la víctima en la puerta del garaje. El primero relató que le dijo que “habían entrado a robar” y que “apuñalaron a mi padre”; y el segundo que “mi papá está herido”.

Mañana el debate continuará a las 8.30 horas.​


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