En el cielo "rugen motores"... nos dejó un “apasionado” del automovilismo, murió Víctor Torta

Nunca mejor utilizada la frase “El Automovilismo Pampeano está de luto”… Nos dejó un “apasionado” del automovilismo. Un hombre que dedicó su vida al deporte motor en la provincia de La Pampa, se podría decir un “icono” de este deporte en la provincia y la zona. Una persona que en muchas oportunidades relegó un montón de momentos especiales, importantes, simples de su vida, para trabajar en pos de las categorías que él mismo creó. Fue un adelantado, vivió pensando y haciendo realidad sus sueños, en momentos de “vacas gordas” y de las otras también. La mayoría de las categorías zonales de nuestro automovilismo fueron de su creación, inventiva o impulso.

Y llegaba el fin de semana, y dejaba su trabajo en el taller mecánico de la 29 para viajar adentro y afuera de la provincia para poder sumar nuevos pilotos -llamados telefónicos por doquier, armado de los afiches, compra de los trofeos, reuniones, discusiones. polémicas, reglamentos, trabajos en la pista de tierra, a pasar la "pata de cabra", las ramas de los pinos, el camión regador, y las ambulancias ¿?... todo tenía que estar... cuántas cosas pasaban por esa cabecita no ¿?… pero no vaya a ser cosa que algo salga mal, decía.

En su mente siempre estaba presente armar categorías competitivas, que pudieran tener un gran parque automotor, y que todos los que quisieran correr pudieran sumarse a esa pasión que él siempre llevó en el corazón. Desde la Fórmula 4, su primera creación hasta el Zonal 2000, la última, pero pasando por el TC Pampeano, el Supercar, y tantas mas.

Puedo decirles, por nuestra relación familiar, que hasta último momento él nunca bajó los brazos, ni siquiera cuando le tocó pasar por su “peor momento en la vida” –que para quienes lo conocieron de cerca saben a que me refiero-. Víctor fue un “tipo especial”, amaba a su familia, pero también al automovilismo como ninguno, y se los puedo asegurar, simpatizante del “óvalo” y con un montón de anécdotas que muchos compartían en su taller mecánico, otra pasión que tuvo con uno de sus hermanos -Osvaldo- durante 50 años de sus vidas.

Vivió “a fondo y pisando cubiertas en cada curva”. Desde sus inicios intentó llevar adelante con virtudes, aciertos y desaciertos, el compromiso grande de presentar y acompañar en una pista a las categorías de La Pampa.

Dentro del automovilismo realizó distintas tareas, comenzó como un humilde colaborador, cumplió en varias oportunidades con la función de comisario deportivo, y sobre el final tomó el último curvón para ser un gran dirigente.

Está claro que habrá muchas anécdotas por contar… Estoy seguro que hoy muchos amigos del automovilismo lo estarán recordando y pronto comenzarán a extrañarlo.... Dios quiera que alguien pueda tomar la posta de este “apasionado del mundo tuerca” que hizo "muchísimo" por este deporte en nuestra provincia.

Tío, ahora es tiempo de descansar, aunque sé que no lo harás, porque seguramente también en el cielo te encontraráscon tu hijo "Sergito" para agitar juntos la bandera a cuadros.

Gustavo Arias.