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Tribunales Santarroseños: tres años de prisión para el hombre que ofertaba la construcción de viviendas alpinas y estafó a unas 20 personas por unos tres millones de pesos

Viernes 22 de Febrero de 2019 - 15:06:38
La jueza de audiencia de Santa Rosa, Alejandra Flavia Ongaro, condenó este viernes a Fernando Oscar Kaiser a tres años de prisión de cumplimiento efectivo, por ser autor del delito de estafas reiteradas en 20 hechos, en concurso real. La maniobra fraudulenta alcanzó a los tres millones de pesos. Además, hasta que el fallo quede firme, le mantuvo la prisión preventiva sustitutiva dispuesta oportunamente, por lo cual durante ese lapso deberá cumplir con las siguientes pautas de conducta: fijar residencia, someterse al contralor del Ente de Políticas Socializadoras y presentarse los lunes o el primer día hábil de cada semana ante la Oficina Judicial de General Acha a fin de dejar constancia de su domicilio y de la actividad laboral que se realiza. Sigue en ver más...


Con las pruebas reunidas durante el juicio oral, Ongaro dio por acreditado que Kaiser –un empleado de comercio y trabajador en la construcción de 52 años–, entre 2015 y 2017, “mediante la utilización engañosa de una empresa inexistente, que promovía y difundía por la red social Facebook –bajo la denominación ‘Mi estilo Vivienda’–, la construcción de viviendas alpinas, logró que 20 personas dispusieran voluntariamente de sus respectivos patrimonios, dinero en efectivo y en algunos casos vehículos automotores que entregaron a Kaiser, en concepto de entrega inicial, para la construcción de casas ubicadas en Santa Rosa, General Acha, Macachín y Guatraché”.

“Kaiser –dice la sentencia– supo desde el momento mismo en que celebró cada uno de esos convenios, momento en el que recibía los bienes que sus clientes le entregaban, que no iba a cumplir con la construcción prometida de esas viviendas”.

“Con el paso del tiempo, y cuando ya los plazos acordados habían vencido –añade el texto–, esas personas constataron el engaño sufrido por parte del imputado, quien no solo no construyó las casas prometidas, sino que tampoco restituyó los bienes que le entregaron como parte de  pago.  Como resultado de toda esta maniobra fraudulenta, se produjo un perjuicio total aproximado a los 3.000.000 de pesos”.

Las partes.

Durante los alegatos, el fiscal de General Acha, Juan Bautista Méndez, había pedido la misma sanción y calificación que impuso Ongaro. Sostuvo que no se trató de un negocio que “le salió mal a Kaiser”, sino de estafas reiteradas en 20 hechos, “sin mencionar otros que se encuentran investigados en la Provincia de  Buenos Aires”.

“Se mostraba como un constructor, solvente (…), una seriedad que no era tal, ya que en más de la mitad de los casos nunca hizo nada y en unos pocos, con suerte, hizo una zanja, un pozo, puso unos caños y  levantó unas paredes, cuando el compromiso era entregar una vivienda con llave en mano”, agregó. El fiscal enfatizó especialmente el daño ocasionado a los damnificados, ya que algunos tuvieron problemas de salud, otros sacaron créditos para pagar la entrega inicial y todo ello repercutió en los ámbitos familiares.

Los abogados querellantes, César Augusto Rodríguez y Juan Ricardo Veneri –en nombre  de José Luis Gamarra, José Rubén Villar y José Eduardo Pico–, adhirieron a la calificación legal, pero habían requerido una pena de cuatro años. Remarcaron que el acusado no pudo escudarse en que se trató de “meros incumplimientos contractuales”, ya que “hubo un raid delictivo” que fue “fríamente calculado”. Indicaron que siempre supo de la imposibilidad de cumplir y que, por ello, le interesaba más el monto de la entrega inicial que el de las cuotas.

A su vez, el defensor particular Carlos Sabarots, había pedido una sanción de un año de prisión en suspenso y el cumplimiento de pautas de conducta. “Mi Estilo Vivienda comenzó en el 2015, cuando la construcción estaba en su apogeo, pero con el cambio de gobierno en la provincia hubo 80 pequeñas empresas constructoras que corrieron la misma suerte que ella, se fundieron por la detracción económica, la inflación y la devaluación del peso”, expresó. “La existencia de la empresa está probada y de hecho hizo muchas construcciones. Incluso a los mismos denunciantes llegó a construirle sus casas hasta la altura del techo”, añadió.

Fundamentos.

En los fundamentos del fallo, Ongaro señaló que tanto la fiscalía como la defensa compartieron el encuadre jurídico de la conducta de Kaiser –aunque Sabarots difirió en cuanto al monto y el modo de ejecución de la pena­– y acotó que al acusado “indujo a que cada una de las víctimas efectuaran voluntariamente disposiciones patrimoniales (dinero en efectivo, automotores, etc.) en su beneficio, con pleno conocimiento del carácter perjudicial que ello significaba para cada una de las personas afectadas”.

“Este conocimiento, y la voluntad inequívoca de usar un ardid lo suficientemente idóneo y efectivo con el que logró engañar a cada una de esas personas, sabiendo desde el momento mismo en que se celebraron cada uno de los convenios que no iba a cumplir con lo pactado, revelaron claramente  la intención dolosa de Kaiser en el despliegue de todo su accionar”, señaló la magistrada.

Para fijar la pena, evaluó no solamente “el perjuicio patrimonial real y cierto que el accionar ilícito produjo” en las víctimas; sino que además le sumó “la extensión que ese daño provocó en la vida toda de cada una de las víctimas y de sus respectivos vínculos familiares directos. Me refiero a una expresión escuchada a lo largo del debate de parte de los afectados, en cuanto a que vieron frustrados ‘el sueño de la casa propia’. Este particular perjuicio, no porque sea impreciso mensurarlo, debe ser ignorado. Al contrario, admitirlo significa reconocer un valor afectivo esencial de la idiosincrasia de nuestra comunidad, que le dio contenido a la maniobra engañosa realizada por Kaiser, todo lo cual  habilita a agravar el monto y el modo de ejecución de la pena”.

“Por otra parte –continuó Ongaro–, aun aceptado la existencia de los elementos externos a los que aludió defensivamente el imputado, básicamente las circunstancias políticas y socioeconómicas que pudieron haber modificado sustancialmente sus originarias estimaciones de costos, su conducta a lo largo de todo este proceso delictivo (2015/2017) constituyó en sí misma un elemento agravante”.

“Así, quedó probado que Kaiser, frente a ese nuevo e imprevisto contexto económico-financiero, no solo no desistió de la realización de la empresa restituyendo el dinero y los bienes que sus clientes le habían entregado, sino que continuó pactando con nuevos interesados la mentada ‘casa propia’, recibiendo otros bienes, aún a sabiendas de que no podría cumplir con esos acuerdos. Es más, en algunos casos propuso modificar los primeros convenios, bajo pretexto de cambiar la estructura de la casa pactada, con el objetivo de recibir nuevos aportes patrimoniales, a sabiendas que no cumpliría lo prometido,  con lo cual agravaba el perjuicio para las víctimas”, concluyó la jueza.


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