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Tribunales Santarroseños: quince testigos pasaron por el juicio que se sigue a ex policías por sedición

Viernes 16 de Febrero de 2018 - 12:21:58
Con las declaraciones de 15 testigos, todos a pedidos de la defensa oficial, se cumplió este viernes la sexta jornada del juicio oral y público, que se desarrolla en la Audiencia de Juicio de Santa Rosa contra 14 policías y ex policías por el delito de sedición. Hasta ahora se escuchó a 52 personas. El proceso continuará durante toda la próxima semana. Los imputados por sedición son Fernando Alberto Rolhaiser, Diego Hernán López, Guillermo Julián Giménez, Daniel Narciso López, Carlos Daniel Gatica, Luis Horacio Bruno, Carlos Aníbal Mendibe, José Luis Furriol, Marcelo Ormaldo Cisneros, Jeremías Martín Salvatierra, Luis Rodrigo Wiggenhauser, Roberto Germán Mora Bartolomé, Pablo Orlando Montes y Silvio Norberto Rojas. Estos dos últimos, además, están acusados de otros delitos, daño y coacción, por un hecho que sucedió en el playón de expendio de combustibles en Vialidad Provincial. Todos ellos son representados por los defensores oficiales Martín García Ongaro y Paula Arrigone, con excepción de Rojas, que tiene un abogado particular Boris Vlasich. Mayor información en ver más...

El fiscal general, Guillermo Sancho, acusó a los policías y expolicías de sedición porque adujo que el 11 de diciembre de 2013 a la noche tomaron en forma “violenta y hostil” la Jefatura de Policía, el Centro de Control, Operación y Monitoreo Policial (Cecom) y la Dirección de Comunicaciones, con el objetivo de “arrancarle al Poder Ejecutivo Provincial” una serie de reclamos que habían solicitado en un petitorio entregado en el Ministerio de Gobierno, Justicia y Seguridad.

Los jueces que intervienen en el proceso son Carlos Besi, Gastón Boulenaz y Gabriel Tedín. Diego López no se presentó a las audiencias por tercera jornada consecutiva. Montes y Salvatierra no asistieron nunca y por ello estar declarados en rebeldía y con pedidos de detención.


Declaraciones testimoniales.

Las dos primeras testigos fueron familiares de Mora Bartolomé. Su novia, Antonela Howes, afirmó que la noche del 11 estuvo con el imputado en Speluzzi, donde él cumplía servicis, que al otro día viajaron a Santa Rosa y que no participaron de la protesta. Su madre, Claudia Bartolomé, contó lo mismo. “Él vino a Santa Rosa porque yo tenía que hacerme un estudio médico y no podía estar sola. Almorzamos, concurrimos al médico y después mi hijo se fue a lo de su novia, en Toay”, expresó. La mujer sí participó el día anterior de la marcha a Casa de Gobierno.

Luego se escuchó a tres suboficiales, Walter Javier Iberlucea, Sergio Matías Mendoza y Juan Manuel Galdame, que trabajaban en la Seccional Segunda. Los tres dijeron que entraron de servicio a las 7 del día 12, que trabajaron normalmente y que durante esa mañana concurrieron a la Jefatura para interiorizarse de los reclamos sectoriales. También expresaron que no hubo sanciones disciplinarias para los que adhirieron a la protesta.

Iberlucea afirmó que en la comisaría existió cobertura de seguridad. Sancho le preguntó si esa mañana dejó la seccional y si respondió a las órdenes de su jefe, el comisario Omar Obholz. “Tomamos el servicio, salimos a recorrer y durante el transcurso de la mañana fuimos a la calle Pellegrini. No hubo ninguna orden en particular”, respondió

Mendoza expresó que “trabajamos en forma normal”, que “no tuvimos directivas” y que “nos acercamos a la calle Pellegrini para interiorizarnos qué pasaba”. Y acotó: “nos quedamos un rato y a las 14 salimos de franco”.

– Usted dijo que en la comisaría quedaron un cabo y un oficial de guardia. ¿Cree que con esa guardia la seguridad estuvo garantizada?

– Quizá no.

“Fue un día normal. Salimos a recorrer sin ninguna directiva. No sabíamos qué pasaba. Recién a la mañana me enteré de la protesta, pero no participé”, sostuvo Galdame. Ante preguntas de la fiscalía, señaló que “recorrimos (la jurisdicción) por orden del encargado” de la guardia y que “no vi a nadie en el patio” de la seccional.


Más policías.

Luego se oyó a otro suboficial de la Segunda que estuvo de servicio hasta las 21 del día 11. Nahuel Andrés Jofré dijo que a esa hora supo lo que pasaba por el encargado de turno y que, por esa razón, se quedó en el lugar hasta la medianoche. “Después me retiré, al otro día fui a la Jefatura y la noche del 12 regresé a tomar el servicio”. Calculó que allí había 300 personas y que “todos estaban sentados y tranquilos”.

– ¿Salieron a patrullar?, preguntó la fiscalía

– Los móviles quedaron en la comisaría. Y nosotros nos quedamos en el patio.

– ¿Lo vio a Obholz?

– Sí.

– ¿El personal respondía a Obholz o dejó de prestar servicios?

– El consultó qué íbamos a hacer… nosotros nos quedamos ahí.

Federico Ruiz fue el encargado de turno de la Segunda durante la noche del 11. “Estuve prestando el servicio toda la noche, aunque no fue normal porque no había comunicaciones –indicó–. Entregué el turno a las 7 y de ahí fui a la Jefatura, aunque no entré. ¿Cuánta gente había allí? Unas 30 o 40 personas”. Tampoco supo que se abrieran sumarios administrativos contra los manifestantes.

– ¿Que hizo cuando llegó a la comisaría?, inquirió Sancho.

– Recibí el servicio, y hablé con Obholz para saber qué íbamos a hacer.

– ¿Trabajaron?

– Estuvimos prestos en la comisaría, a las órdenes del jefe.

– ¿El jefe salió a patrullar?

– Una vez.

– ¿Esa noche los móviles patrullaron normalmente?

– No.

– ¿Qué quiso decir con prestos?

–Que estamos prestos a lo que dijera el jefe.

– ¿Cómo era un día normal?

– Todos los móviles salían a patrullar.

– ¿Ese día salieron a patrullar?

– No

– ¿No patrullaron por qué el jefe nos les dio órdenes? ¿Si hubieran tenido órdenes de patrullar, lo hubieran hecho?, quiso saber García Ongaro.

– Sí.


Otras voces.

Mario Ceferino Arhex, un policía retirado, declaró que “me enteré por el boca a boca” de la protesta, que concurrió a ella y que no vio a nadie que cumpliera el rol de cabecilla. Natalia Lorena Herbsomer trabajaba en la Segunda, aunque esos días estuvo de licencia. Calculó que en la plaza San Martín hubo un millar de personas. “Éramos todos familia”, sintetizó.

– Usted dijo que se trabajo con normalidad. ¿Cómo supo, si estaba de licencia, si cada comisaría cumplió o no con el servicio?

– Es una apreciación mía.

Adriana Simón Acosta era oficial de guardia y se desempeñaba en Toay, aunque en esos días no había concurrido allí porque estaba con atención familiar. Asistió a la marcha, ingresó a Jefatura y dijo que la protesta fue pacífica. También que dentro del edificio vio un forcejeo. “(El comisario Eloy) Rodríguez estaba pegándole a Rolhaiser y éste se lo sacó de encima”, aseveró.

A posterior declararon cuatro policías que, en esa época, se desempeñaban en la Ciudad Judicial y concurrieron a la protesta. Andrea Fabiana Vargas manifestó que en la guardia dejaron un petitorio invitándolos a asistir a ella, pero no pudo identificar quién lo hizo. Adriana Frydlender ratificó ese dato, aseguró que el 12 se trabajó normalmente y dijo tener una buena opinión de los imputados. Hernán Rosane sostuvo que “no vi armas a la vista” en la Jefatura, aunque aceptó que los manifestantes uniformados sí las llevaban consigo. Roberto Bauman recalcó que se trajeron detenidos desde la Seccional Segunda y la Seccional Tercera.

Alejandro Ezequiel George se desempeñaba en la Dirección de Comunicaciones. El se plegó a los reclamos. “No se dejó de trabajar, ni se interrumpió el servicio”, afirmó. Estuvo allí, aunque estaba de franco, y no le abrieron ningún sumario. Agregó que el jefe del área, Pedro Vigne, “nos pidió que no tocáramos nada, ni los equipos ni los teléfonos; y que se dejara trabajar normalmente. No hubo ninguna interrupción del servicio”.

– ¿Por qué les pidió eso?, ¿había ocurrido algo excepcional?

– Nosotros llegamos de la marcha y se nos pidió eso. Preguntamos si nos podíamos quedar ahí. Nos dijeron que nos quedáramos tranquilos y que no molestáramos a nadie.

Daniel Sánchez Tejedor trabajaba en la Unidad Funcional. Fue a la Jefatura y estimó en unas mil las personas que participaron de la protesta.

Durante los interrogatorios, García Ongaro preguntó reiteradamente si la protesta tuvo líderes visibles; mientras que Sancho –ante respuestas negativas– les planteó a varios testigos cómo pudieron saberlo si no habían entregado a la Jefatura.


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