Boxeo: "El Terrible" Ríos fulminó al "Niño" Godoy y se quedó con el título nacional mediano

El pugilista de Parera Martí­n "El Terrible" Rí­os (72,300) derrotó por nocaut en el quinto asalto al neuquino Billy "El Niño" Godoy y se apoderó de la faja nacional de los medianos, en un combate que se realizó el viernes por la noche en el estadio de la Federación Argentina de Box.

El boxeador que entrena bajo las órdenes de Wilfredo Vilches volvió a mostrar la contundencia de sus puños desde el inicio mismo del combate, cuando sobre el final del primer round, con un imperceptible cross zurdo -con efecto retardado- sobre la barbilla mandó a Godoy al tapiz, que se levantó a duras penas luego de la cuenta de protección del árbitro Jorge Basile, pero la campana le dio el respiro suficiente para sobrevivir.

Durante el segundo y el tercer capí­tulo, el neuquino trató de reinsertarse en pelea, pero parecí­a estremecerse cada vez que el pampeano lo tocaba. Aún así­, Godoy -dueño de una carrera muy superior a la de su rival- encontró algunas licencias en la nula defensa de Rí­os y llegó en reiteradas oportunidades sobre su humanidad, aunque éste -tal cual su caracterí­stica- no pareció sentir los impactos y siempre respondió el castigo aunque sin mayor punterí­a.

Cuando promediaba el quinto asalto y parecí­a que el entonces campeón comenzaba a imponer su mejor boxeo y mayor experiencia, el parerense lanzó un relampagueante y furibundo recto de mano derecha que llegó pleno al mentón de su rival quien literalmente se derrumbó y escuchó tendido sobre el entarimado, como la cuenta del árbitro llegaba al "out" final. Para muchos fue sorpresa, para nosotros de ninguna manera, porque estamos convencidos que el joven nacido en la tierra que le diera el primer monarca argentino a La Pampa -Carlos "Pichina" Beulchi- tiene condiciones naturales de proyección internacional, aunque para eso deberá mejorar su técnica boxí­stica, trabajando con mayor continuidad durante la pelea, dosificando el castigo y descargando golpes al cuerpo de los rivales y por sobre todas las cosas utilizar su talla y alcance de brazos para trabajar en la construcción de una defensa hoy inexistente.